El pastor y sus ovejas

Un pastor apacentaba su rebaño en el campo cuando un forastero se acercó y comenzó a hacerle preguntas sobre las ovejas.



"Dime" le preguntó, cuánto andan tus ovejas en un día aproximadamente?
El pastor contestó: Se refiere usted a las blancas o a las negras?
- Digamos a las blancas.
-Unos cuatro kilómetros.
-Y las negras?
- Unos cuatro kilómetros.
El forastero volvió a preguntar:
-Y como cuánto comen?
- Se refiere usted a las blancas o a las negras?
- Las blancas.
- Como tres kilos de hierba.
- Y las negras?
-Como tres kilos.
El forastero comenzaba a escamarse, pero siguió preguntando:
- Y cuánta lana dan tus ovejas?
Al pastor no se le olvidó precisar una vez más:
- Las blancas o las negras?
- Veamos las blancas primero.
- Cinco medidas de lana al año, señor.
- Y las negras?
- Cinco medidas.
Con eso se acabó la paciencia del forastero, que exclamó con justificada indignación y sorpresa:
- Es que me estás tomando el pelo o qué? Yo te hago preguntas bien claras sobre tus ovejas, y tú cada vez me haces que a ver si es de las blancas o de las negras, y cuando te lo pregunto por separado, me das siempre exactamente la misma respuesta para las unas que para las otras. Dime de una vez: hay alguna diferencia entre las blancas y las negras o no?
- Claro que sí señor, contestó el pastor con la serena sonrisa de la sabiduría campesina en los labios, "las ovejas blancas son mías".
- Y las negras? preguntó el forastero para satisfacer una última curiosidad. El pastor sin perder la sonrisa contestó:
- Las negras también son mías, señor.