Cólera, Charles y Mary Lamb















La cólera, en su tiempo y su lugar,
puede poseer ciertas virtudes.
Debe tener razón justificada
y nunca durar más de un minuto.
Si se prolonga más de lo debido,
degenera, convirtiéndose en malicia;
es la diferencia que apreciamos
entre la abeja y la serpiente.
Cuando provocamos a la abeja
nos inflige una inmediata picadura
que nos causa dolor
pero nunca jamás pica de nuevo.


Escondida en los densos pastizales
acecha la serpiente venenosa
nutriendo su ira y su ponzoña
en las cercanías del sendero.
Con frío o con calor,
con buenas o malas intenciones
dondequiera el destino nos acerque
la vil serpiente muerde, y muerde siempre.